martes, 5 de julio de 2011

Con los indignados, pero sin el 15M

La clase política andaluza se ha dado cita en la sede del Parlamento autónomo para celebrar el 128 aniversario del primer ideólogo de la autonomía de Andalucía, el notario Blas Infante. La larga estela de las manifestaciones y concentraciones del 15M ha estado presente en el acto. Todos los partidos, sin excepción, PSOE, PP e IU, e incluso la presidenta de la Cámara, Fuensanta Coves, han coincidido en la importancia de este nuevo fenómeno social y en la necesidad de prestar atención a sus demandas. Sin embargo, y a pesar de que la protesta de los indignados tenía como referente a la clase política, además del sistema financiero, nadie se ha dado por aludido y han preferido remitir el 15M al negociado del padre de la patria andaluza.

La presidenta del Parlamento andaluz, Fuensanta Coves, ha llegado a relacionar las inquietudes de Blas Infante con el movimiento de reivindicación del 15M, recordando las “las voces de la ciudadanía que reclaman más calidad democrática, más participación del pueblo en la toma de decisiones y una sociedad más igualitaria”. Aunque, por otra parte, advierte de que estas reivindicaciones no pueden ir en detrimento de la validez y prestigio de las instituciones democráticas, que son el cauce por donde han de conducirse.

El portavoz socialista, Mario Jiménez, se ha sumado a la idea asegurando que “miles de ciudadanos han salido a la calle para expresar su descontento por el actual modelo económico y piden un cambio y otra manera de hacer las cosas, siempre sobre la base de la defensa de los derechos sociales y la transparencia”. La portavoz del PP, Esperanza Oña, lo ha hecho de una forma más tangencial: "La reivindicación constante debe ser la herramienta para el trabajo diario", y el portavoz de IU, Diego Valderas, ha concluido que las palabras de Blas Infante “siguen teniendo significado en la Andalucía de hoy, en la que se vive una clara indignación y rebeldía de los ciudadanos para reclamar una democracia más participativa”.

Sin embargo, nadie se ha dado por aludido y todos parecen haberle pedido a un poder abstracto o a una clase política extraparlamentaria que atienda a los indignados, que en todo caso podrán encontrar el consuelo en el recuerdo del ideario del padre de la patria andaluza. Mientras tanto, la única respuesta concreta a este movimiento ha sido la aprobada en el último debate sorbe el estado de la comunidad, a partir de la cual habrá un escaño a disposición de las cuarenta y una mil firmas que presenten una iniciativa en la Cámara, que podrán designar a un representante que lo ocupe y defienda la propuesta desde el atril.