jueves, 6 de enero de 2011

Poder fáctico, miedo orgánico

La cumbre celebrada en Sevilla, en la sede del PSOE, a la que han asistido Rubalcaba, Chaves, Griñán, Pizarro y otros, es una evidencia de hasta qué punto el vicepresidente primero y virtual sucesor de Zapatero ha asumido no ya funciones de heredero sino el poder orgánico del partido sin pasar siquiera por un congreso. El encuentro se había programado para tratar de coordinar esfuerzos entre el Gobierno central y la Junta. Sin embargo, el origen de la reunión parece estar en la grave preocupación que existe en el PSOE ante la posible pérdida electoral de Andalucía, algo que se produciría un año después de la presumible caída de Extremadura y Castilla-La Mancha.

La primera clave aparece en los asistentes a la reunión y en el lugar del encuentro. No están sólo miembros de los dos gobiernos sino también del partido; tiene lugar en la sede del partido, responde a la preocupación por el futuro electoral del partido y, sin embargo, el que preside el encuentro es Rubalcaba, que no es ni secretario general ni vicesecretario ni siquiera secretario de Organización del partido. Es decir, por primera vez se está produciendo en el PSOE una suplantación del poder orgánico por el poder fáctico, representado por Pérez Rubalcaba.

Esta especie de “golpe de estado” orgánico, sin que nadie en el PSOE se haya hecho pregunta alguna en voz alta, es la consecuencia del momento de especial preocupación que vive este partido a todos los niveles, y que lo está arrojando en manos de, al parecer, el más inteligente de la organización, el que inspira más confianza y el que ha demostrado conocer y saber utilizar mecanismos “eficaces” para conseguir objetivos.

Y, por otra parte, el miedo a un futuro incierto, que no sólo supondría la derrota electoral que pronostican las encuestas sino una grave crisis interna en el partido, anima a tirios y troyanos a hacer frente común: Pizarro junto a Griñán, que fue quien lo defenestró en el pasado congreso; Chaves también con Griñán, a pesar de las diferencias, y todos en mesa camilla.

La importancia de las elecciones andaluzas próximas no está sólo en el resultado que puedan depararle al PSOE sino en el hecho de que se celebren después de la más que posible pérdida de Extremadura y Castilla-La Mancha en mayo de este año. Si el PSOE se queda con el único granero electoral de Andalucía, el año que reste desde mayo 2011 a las elecciones 2012 puede tener en esta región el escenario de una guerra política a muerte del PSOE contra su adversario, el PP, en un desesperado intento por tratar de mantener el bastión andaluz. Es decir, que Arenas puede empezar a temerse lo peor. De momento, en el PSOE de Andalucía ya afirman que Rubalcaba es andaluz, es decir, le han entregado las llaves para que dirija la defensa del Alcázar al margen de su lugar en el organigrama del partido. El miedo y la necesidad son la mejor inspiración para quienes buscan a la desesperada al abanderado de la última batalla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario