Por si fuera poco el hundimiento electoral que se le pronostica al PSOE en Jerez, la frustrada operación por la que el sector Chaves-Pizarro ha tratado de colocar al arquitecto González Fustegueras como candidato a la alcaldía, en detrimento de Pilar Sánchez, puede hacer el resto.
González Fustegueras, arquitecto urbanista, formó parte del equipo de Pedro Pacheco en el Ayuntamiento jerezano. Salió de él dejándole una carta al alcalde encima de la mesa y expresando en ella su desacuerdo con el entonces líder andalucista. Pacheco lo consideró una traición, y para personas del perfil de don Pedro la traición es algo que no prescribe. Es decir, que si alguien creía que con Fustegueras iba a conseguir un posible pacto posterior con Pacheco si se necesitaba para mantener la alcaldía y por ende ayudar a que Cabaña siguiera en la presidencia de la Diputación, es que no conoce Jerez.
Por otra parte, el desembarco de Fustegueras en la candidatura a alcalde le habría privado de una gran parte del voto socialista, primero por ser alguien que llega situado por arriba en detrimento de socialistas de toda la vida y, después, porque el pasado de Fustegueras, hoy hombre de confianza del PSOE urbanístico, tiene mucho de enfrentamiento contra los socialistas jerezanos, precisamente de la época en la que fue mano derecha de Pacheco y hacedor absoluto en la Gerencia de Urbanismo jerezana. Si hubiera que desempolvar lo que el PSOE dijo de Fustegueras y su gestión urbanística, a más de uno se le pondría el pelo como escarpias.
El fracaso de la operación Fustegueras ha sido una decisión directa de Griñán que se ha enfrentado así solapadamente al mentor Chaves. Es decir, la guerra interna entre el sector Pizarro, con Chaves de patrón, y Griñán es cada día más evidente. Pero sobre todo, este fiasco merma aún más si cabe las posibilidades de Pilar Sánchez ante un electorado que observa atónito cómo el PSOE se destroza internamente sin que nadie le ponga remedio a la sangría.
En el fondo de todo este movimiento está la desesperada necesidad de González Cabaña y del PSOE provincial de Cádiz por mantener el control de la Diputación. Y no es gratuito este temor. Si el PSOE pierde la Diputación gaditana se quedará sin el enclave principal del pizarrismo y cabañismo. Y es mucho lo que está en juego en ese embate incluso en el plano económico. Si el PSOE pierde la Diputación gaditana sería mucho lo que podría salir a la luz sobre lo que se ha hecho en esa institución durante tantos años.